Cómo lidiar con la ansiedad viviendo en el extranjero

Te debes estar preguntando… “¿Por qué siento ansiedad si estoy realizando mi sueño de vivir en el extranjero? Al final, no existe una razón aparente para que yo sienta ansiedad o me preocupe. Yo elegí viajar espontáneamente, planee todo, me preparé financieramente, conozco toda la información del lugar y aparentemente no hay nada que temer, y finalmente, voy a un lugar más seguro”.

Pero, ¿podemos ser honestos por un segundo? Estás yendo a un lugar desconocido, en donde cotidianamente tendrás que comprender todo y comunicarte en otro idioma, el cual probablemente no hables con fluidez, con personas extrañas, y un concepto completamente diferente de lo que es “normal”. Entonces, ¿No sería este el escenario perfecto para estar ansioso?

El sentimiento de ansiedad es inevitablemente acentuado por las nuevas exigencias, retos y responsabilidades personales de quien va a estudiar, trabajar o vivir en un país extranjero. La persona es bombardeada de información nueva, viviendo la sensación de estar en un estado de alerta en todo momento, puesto que, además de tener que resolver varias situaciones nuevas, tendrá que pensar en otro idioma, lo cual todavía no es un proceso automático. Este esfuerzo mental doble hace que gastes mucha energía y tengas mayores dificultades para resolver los problemas del día a día.

Entiende la ansiedad para cambiar tu actitud

“Para aprender a lidiar mejor con la ansiedad, primero necesitamos entender este sentimiento y cómo reacciona nuestro cuerpo en este momento”.

La ansiedad es una herencia genética que cargamos desde la época de nuestros ancestros que vivían en cavernas. En este período era vital una reacción automática para que, cuando estuviesen frente a un peligro, fueran capaces de una acción inmediata (atacar o huir).

Científicamente, la ansiedad es definida como reacción de lucha o fuga, un mecanismo automático que prepara al cuerpo  para reaccionar ante un peligro. Entonces, el cerebro toma una decisión, para defenderse o correr. Esta es una respuesta necesaria cuando nos encontramos con un peligro físico real, pero en el mundo actual, muchas de nuestras percepciones de peligro son psicológicas.

Pero aun en nuestro mundo moderno, este es un mecanismo necesario. Imagina que estás cruzando una calle, cuando de pronto, un auto viene en tu dirección a toda velocidad y tocando la bocina. Probablemente, tu reacción de lucha y huida tomaría el control y correrías para salir del camino y ponerte a salvo.

La ansiedad también nos prepara para buscar nuestros recursos internos y nos prepara para situaciones que causan inseguridad psicológica, como por ejemplo, un viaje al exterior, donde la preocupación al nivel adecuado, puede ser dirigida a la planificación y búsqueda de soluciones a posibles problemas que la persona pueda enfrentar en un día a día diferente al que está acostumbrado.

Cuando “la ansiedad se vuelve un problema”

Los especialistas piensan que las personas que “sufren de ansiedad” responden a las situaciones cotidianas en “modo de supervivencia”

La ansiedad se vuelve un problema cuando hay un exceso de preocupación, una exageración en la evaluación de los riesgos, subestimando la capacidad propia para resolver los posibles problemas.

Cuando alguna forma de peligro es percibida o anticipada, el cerebro envía mensajes al sistema nervioso que libera energía y coloca al cuerpo listo para la acción, produciendo algunas reacciones físicas como: aumento del ritmo cardíaco, respiración acelerada, tensión muscular.

La falta de concentración causada por la ansiedad, es el efecto número uno de la reacción de lucha y fuga. Como hay un cambio automático e inmediato en la atención para buscar potenciales amenazas en el ambiente, se hace muy difícil concentrarse en las tareas diarias cuando alguien está ansioso. Este síntoma puede afectar directamente su capacidad de aprendizaje del idioma extranjero, por eso las personas con ansiedad tienen dificultad para concentrarse en la comprensión y comunicación en inglés con fluidez.

Otro resultado de la ansiedad, es la dificultad de asimilar nueva información y, en consecuencia, en el proceso de adaptación a la nueva cultura e integración al nuevo ambiente de trabajo internacional.

5 Prácticas que ayudan a aliviar la ansiedad

La ansiedad es un sentimiento natural, por eso lo ideal es aceptarla como parte de tu rutina diaria, puedes hacer todo lo que desees, aun con las sensaciones de ansiedad. Por ende es necesario cambiar tu perspectiva. A pesar de que parezca muy difícil, es posible aprender a lidiar con la ansiedad a través de prácticas que pueden ser aplicadas en el día a día  en cualquier lugar del mundo donde sea que te encuentres.

1. Acepta la ansiedad

Cuando sientas ansiedad, recuerda que esta se trata de un proceso natural y es una función de adaptación de tu cuerpo y mente. No luches contra ese sentimiento, intentarse librar de la ansiedad genera el efecto contrario; la intensifica todavía más. Recuerda que las sensaciones físicas pasarán y tu cuerpo naturalmente busca restablecer el equilibrio. Los pensamientos de intolerancia a la ansiedad hacen que te resistas a sus pensamientos y sensaciones, y el efecto será de aumentar los síntomas en lugar de disminuirlos. Acepta que “tú  no eres tu ansiedad, tú estás ansioso” y eso pasará, en solo un momento.

2. Cuestiona y examina tus pensamientos

Una de las mejores técnicas para enfrentar la ansiedad, es crear una intervención en tu mente. Los pensamientos negativos hacen parte de nuestro mecanismo de defensa, para evaluar posibles problemas. Sin embargo, “los pensamientos no son hechos”, son solo pensamientos. Crea el hábito de preguntarte: “¿Qué estoy pensando ahora?”

Así te concentras en tus creencias y valores y  no en la situación preocupante.El siguiente paso es crear patrones de pensamientos nuevos, positivos y más realistas, para sustituir los negativos. En lugar de prever desastres, tus nuevos pensamientos abrirán el camino a soluciones que nunca consideraste. Tu problema se convertirá en una oportunidad. El objetivo es recuperar la sensación de control, para liberar la presión y que tu mente logre buscar soluciones alternativas.

3. Concéntrate en tu respiración

Intenta desviar tu atención de los síntomas físicos, contando y respirando lentamente. La respiración permitirá que disminuya tu frecuencia cardíaca y que tu mente vuele al equilibrio, interrumpiendo el ciclo de ansiedad. Una técnica simple de respiración es inhalar profundamente con la nariz y aguantar el aire por algunos segundos, repitiendo este proceso varias veces.

4. Observa las cosas a tu alrededor

La técnica de la distracción, ayuda a salir del foco interior al exterior, es decir, ayuda a desviar la atención de los pensamientos que provocan ansiedad y de los síntomas físicos. La técnica consiste en observar el ambiente externo, observar los detalles de los objetos como el color, la textura, tamaño, sonidos, etc. Una excelente forma de hacer este tipo de observación es un ambiente rodeado de naturaleza.

Con frecuencia, estamos tan enfocados en pensamientos y preocupaciones del futuro y amarguras del pasado que olvidamos aprovechar lo que está sucediendo ahora mismo.

5. Practica ejercicios

Los músculos que más sufren con la ansiedad son los del cuello, espalda y piernas. Para deshacer los nudos de esas regiones, es importante hacer pequeñas sesiones de estiramientos. Realiza movimientos circulares, lentamente, con el cuello, muñeca y tobillos, para aliviar las tensiones musculares.

Procura también practicar ejercicios o actividades de ocio como caminatas, ciclismo, etc., que más allá de liberar el exceso de energía en estado de ansiedad, también estimulan la producción de endorfina, responsable de producir la sensación de bienestar, aliviando los niveles de ansiedad.

Espero que esta información te haya ayudado a comprender mejor la ansiedad y cómo cambiar la forma de lidiar con ese sentimiento. Si te gustó este artículo, deja tu comentario y comparte con tus amigos o familiares, para que puedan beneficiarse de estas orientaciones =) 

Un cordial saludo

Silvana

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